Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá delcielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Era la noche del 10 de octubre de 1967, yo tendría unos 5 años y 3 meses cuando salí a la vereda de mi casa que estaba sobre la calle Jean Jaures, Valentín Alsina, Lanús, Buenos Aires, jamás olvidaría esos momentos. Notamos con mi papá y mi mamá que el agua comenzaba a brotar muy lentamente desde las alcantarillas y así comenzaba a ganar toda la calle de un lado y del otro, veía con mucha paciencia y hasta como si fuera un juego como las aguas se juntaban en el centro de la calle, debo confesar que me resultaba muy divertido, era algo nuevo. Cuando el agua comenzó a subir más y había ganado ya uno centímetros de profundidad sin subir aún sobre el cordón de la vereda, sentí una rara sensación que algo no andaba bien y llame a mi padre, para cuando el salió ya dentro con mi madre había dado cuentas del asunto y la conversación entre ambos tenía un todo de preocupación. Los vecinos comenzaban a salir y todos tenían en el rostro reflejada la preocupación, era inminente; “inundación”. Por allí llegué a escuchar de una vecina que decía a los niños; “no hablen fuerte o el agua subirá más rápido” ja, ja, realmente lo creí. Ante la situación mi padre cargo “arena en bolsas de plástico” e hizo una barricada de contención en el portón de acceso a la casa, algo que los vecinos copiaron prontamente. Más tarde la operación “alza de muebles” había comenzado, la contención con bolsas no sirvió y el agua comenzó a pasar a las casas. Para la mañana siguiente la lluvia lo aceleró todo y un simple “charquito divertido” se convirtió en una tremenda inundación de unos 1.5 metros de altura que tardo como 3 días en bajar y solamente trajo desgracia y perjuicio económico.
Contrariamente a esta historia personal, la Biblia nos dice que un día el Señor vendrá repentinamente, 2ª Pedro v.10, nos dice que vendrá como ladrón en la noche, de repente, por sorpresa, no tendremos tiempo a nada, nos tomará desprevenidos y con grande estruendo que simboliza el infinito poder de Dios manifestará su presencia. ¡Que momento señores para el creyente que esperó estO toda su vida reflejada en su “santa y piadosa manera de vivir”!, pues esta es la forma en que debemos andar, dice el Señor:
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!, 2ª Pedro 3.10-11
El relámpago en la Biblia es el fenómeno natural que simboliza y caracteriza muy superficialmente el infinito poder de Dios, pero que para nosotros, su creación, es más que suficiente para entenderlo pues conocemos el daño que puede causar tal poder. Y no solo simboliza poder, también simboliza omnipresencia, pues la venida del Hijo del Hombre, nuestro Glorioso SeñorJesucristo será notoria en toda la tierra.
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Mateo 24.27
Muchos viven de cuentos e historias que engañan alcorazón de las personas y los aleja de Dios, fábulas antojadizas como “no hablen fuerte o el agua subirá más rápido” son típicas de personas incrédulas que viven en desconocimiento de las Escrituras, son parte de un arsenal de incredulidad y sabiduría humana, y lo peor: son las fábulas que gustan escuchar las personas porque no los comprometen a realizar cambios reales en sus vidas, prefieren vivir en pecados de todo tipo, rechazando la única verdad, Jesucristo. Esto amigos, es el trabajo del diablo; desvirtuar la verdad, proponer falsas esperanzas y cuando nos damos cuenta ya es tarde, habremos muerto y lo peor “en condenación eterna”
Como mi padre en aquella ocasión, las personas viven cargando arena en bolsas de falsas esperanzas y usándolas como contención durante toda sus vidas, una vida derebelión por haber confiado en sus propias capacidades, en sus propias fuerzas y el “yo” que las alimenta, y de repente lo inevitable, “la contención es insuficiente, el agua pasa sobre ellas” y nos sobreviene la desgracia. Solo que contrariamente a la inundación que se fue en tres días, Jesús resucitó al tercer día y nos trajo Salvación en todo en aquel que deposita su fe y su vida en El.
Queridos amigos, hagamos lo que es bueno, enfoquémonos en lo que es útil de verdad para nosotros; en lo presente y en lo futuro, esperemos preparados al Señor, con la Fe y la esperanza de pasar una eternidad en su presencia.
YA DEJEMOS LAS BOLSAS DE CONTENCIÓN DEL DIABLO Y REFUGIEMONOS Y ALENTEMONOS UNOS A OTROS (V18) EN LAS PROMESAS DE NUESTRO SALVADOR, JESÚS.
DIOSTE BENDIGA
De: JimLgzn
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