Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Todos somos conscientes de nuestra situación espiritual, y en ese contexto sabemos cuando vivimos en pecado, de hecho nacimos en pecado, y así lo dice el salmista: Samos 51.5
He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
Desde el Edén a esta parte todos somos pecadores y estamos destituidos de la Gloria de Dios. Rom. 3.23, de allí que la reconciliación con el Padre a través de su hijo se basa en el arrepentimiento sincero.
Aceptar a Jesucristo como único y suficiente Salvador pasa por el rechazo consciente y decidido de la comunión con el pecado (Satanás) a una vida santificada en Cristo Jesús. Pero este rechazo muchas veces pasa los bastos campos del “remordimiento” y no llegan a transformarse en “arrepentimiento”, de ello tenemos dos buenos ejemplos:
- Judas cuando traicionó a Jesús (su maestro y el nuestro) sintió remordimiento, depresión y pretendió solucionarlo devolviendo las 30 piezas de plata, ¿fue suficiente? NO, su remordimiento sin arrepentimiento por su alejamiento de Dios fue fatal, pues se quitó la vida.
- Pedro, también pecó al negar de Jesús traicionándolo de esa manera, pero su arrepentimiento fue genuino y produjo perdón de Dios y su restauración lo llevó a ser uno de los líderes más influyentes del cristianismo.
Inclusive los “cristianos” estamos muy acostumbrados a mezclar el apasionamiento culposo de nuestras transgresiones (llanto incluido) con el autentico arrepentimiento. Este apasionamiento tal vez será muy intenso, pero normalmente no se transforman en cambios reales, no genera un desprecio hacia el pecado; un odio hacia nuestra manera inmunda de vivir de tal forma que ello origine un cambio radical en la dirección de nuestras vidas; de lo perverso hacia una autentica santidad y verdadera comunión con Dios.
Querido amigo, ese pecado por el cual empeñas tu corazón, por ese mismo pecado murió Jesús ¿por qué hacer vana la muerte de Cristo? ¿Qué tienen esos pecados, que cortan tu comunión con Dios y hacen tan apetecible tu condenación?
Cuando llegue el momento de rendir cuentas con el Creador, todos estos pecados saldrán a luz, todo aquello que hicimos y/u omitimos serán juzgados y tendrán sentencia, de eso estemos seguros, allí ya no habrá tiempo para misericordia, solo habrá juicio.
Nos engañamos permanentemente cuando pensamos que tenemos comunión con Dios, pero la realidad nos demuestra lo contrario: 1ª Juan 1.6-7
Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos entinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.Y si decimos que no tenemos pecados (porque ya los confesamos todos), también mentimos y hacemos a Dios mentiroso: 1ª Juan 1.9-10
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos anosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Es cierto, nadie esta exento de pecados, pero si los confesamos y nos arrepentimos de todo corazón y ese arrepentimiento produce cambios de dirección en nuestras vidas….
…… él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Ya no vivamos en hipocresía, Dios conoce nuestros corazones, sabe quienes somos y hacia donde nos dirigimos, y la santidad es la dirección correcta hacia los brazos de nuestro Salvador.
NO ES SUFICIENTE TENER AROMA DE CRISTIANO, DEBEMOS SERLO Y CUANTO MÁS REAL SEA NUESTRO ARREPENTIMIENTO, MAYOR SERA LA COMUNION CON DIOS.
DIOS TE BENDIGA
De: JimLgzn
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